AX. Encuentro de las Culturas Indígenas y Afrodescendiente / Renacer con la Tierra 2020
"Condenada de la memoria" de Catalina Soto Curaqueo
Mención Honrosa
Pudahuel, Región Metropolitana
Instalación de tres vestimentas tradicionales mapuche elaboradas con materiales transparentes / Video performance
"Condenada de la memoria" nace a partir de la reflexión personal de la artista ante los relatos familiares y colectivos acerca de las migraciones mapuche contemporáneas hacia las grandes ciudades, historias que han sido masivamente invisibilizadas dentro de las narrativas oficiales. Es en las historias donde se entremezclan los recuerdos de cada familia con los de la colectividad mayor, hasta casi convertirlos en un relato común. Es el caso de la abuela y abuelo materno de la artista Dominga Pichicón y Martín Curaqueo, quienes migraron silenciosamente como tantas y tantos hacia la capital en las décadas de 1940 y 1950.
Lejos de la tierra, lejos del origen, lejos de la herencia, los avatares del desplazamiento ocultaron la memoria colectiva de la diáspora. Pero pasados los años, es ahora cuando resurge la necesidad de revelar aquella herencia omitida. Entonces se articula un lenguaje, un decir que indaga entre los susurros de aquel proceso histórico.
Las migraciones también conllevan pérdida material. Ausencia de evidencia factual que conecte con el territorio lejano y sus materialidades. Es esta ausencia de cultura material (e inmaterial) en el caso personal y familiar, es que surge el arte como un exorcismo ante las ausencias. La creación de un vestuario que materialmente, a través del uso de muselina, el acrílico transparente, organza blanca, rememora al mismo tiempo que su restitución, su propio desvanecimiento en el mismo acto de vestir el cuerpo autoral condenado de la memoria. La vestimenta tradicional mapuche utilizada (küpam, trariwe, trarilongko, trapelakucha) ha sido confeccionada con materialidades transparentes, aludiendo a una latente resistencia ante el progresivo olvido generacional del origen y la herencia cultural. Son tres los trajes que rememoran las tres generaciones maternas a partir de las propias medidas de la artista que se repiten en todos los casos.
Por su parte, el montaje de la obra, que incluye un registro en video, instaura una nueva mirada al acto de exhibir el acto de la rememoración, que al ser montada camina por el límite de la representación etnográfica de la acción. Es el guiño a la colección cultural indígena de museo, gran y lacerante paradoja, como el espacio del primer acercamiento infantil a la cultura propia almacenada en aquellos espacios.
"Condenada de la memoria" de Catalina Soto Curaqueo
Mención Honrosa
Pudahuel, Región Metropolitana
Instalación de tres vestimentas tradicionales mapuche elaboradas con materiales transparentes / Video performance
"Condenada de la memoria" nace a partir de la reflexión personal de la artista ante los relatos familiares y colectivos acerca de las migraciones mapuche contemporáneas hacia las grandes ciudades, historias que han sido masivamente invisibilizadas dentro de las narrativas oficiales. Es en las historias donde se entremezclan los recuerdos de cada familia con los de la colectividad mayor, hasta casi convertirlos en un relato común. Es el caso de la abuela y abuelo materno de la artista Dominga Pichicón y Martín Curaqueo, quienes migraron silenciosamente como tantas y tantos hacia la capital en las décadas de 1940 y 1950.
Lejos de la tierra, lejos del origen, lejos de la herencia, los avatares del desplazamiento ocultaron la memoria colectiva de la diáspora. Pero pasados los años, es ahora cuando resurge la necesidad de revelar aquella herencia omitida. Entonces se articula un lenguaje, un decir que indaga entre los susurros de aquel proceso histórico.
Las migraciones también conllevan pérdida material. Ausencia de evidencia factual que conecte con el territorio lejano y sus materialidades. Es esta ausencia de cultura material (e inmaterial) en el caso personal y familiar, es que surge el arte como un exorcismo ante las ausencias. La creación de un vestuario que materialmente, a través del uso de muselina, el acrílico transparente, organza blanca, rememora al mismo tiempo que su restitución, su propio desvanecimiento en el mismo acto de vestir el cuerpo autoral condenado de la memoria. La vestimenta tradicional mapuche utilizada (küpam, trariwe, trarilongko, trapelakucha) ha sido confeccionada con materialidades transparentes, aludiendo a una latente resistencia ante el progresivo olvido generacional del origen y la herencia cultural. Son tres los trajes que rememoran las tres generaciones maternas a partir de las propias medidas de la artista que se repiten en todos los casos.
Por su parte, el montaje de la obra, que incluye un registro en video, instaura una nueva mirada al acto de exhibir el acto de la rememoración, que al ser montada camina por el límite de la representación etnográfica de la acción. Es el guiño a la colección cultural indígena de museo, gran y lacerante paradoja, como el espacio del primer acercamiento infantil a la cultura propia almacenada en aquellos espacios.